Los personajes oscuros que pululan por mis lienzos son un reflejo materializado de todo lo que siento, y de mi manera de ver el mundo y la sociedad en la que vivimos.

Cuando dibujo o pinto, quiero que la imagen transmita una historia, que no quede vacua o fría. No me importa que, en muchas ocasiones, la obra pueda resultar incluso desagradable si con ello soy capaz de hacer despertar interés. Con esto espero iniciar un diálogo interior entre la obra y el espectador.

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